Cuando pienso en la muerte, no veo lo que todos los demás hacen.
Hay un suave susurro cuando la encuentras, y una voz diciéndonos que todo irá bien.
Nunca morimos solos, porque ellos siempre están viéndonos, protegiéndonos, y guiándonos. Ellos permanecen en silencio como una simple ráfaga de viento, pero es en este viento en el que nuestro mundo puede cambiar.
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